Al llegar contamos cuál era nuestra idea: hacer juegos de re-conocerse primero y luego ir variando a partir de las ganas que tuvieran.
Comenzamos con el "Machete", que nos enseñó Chula, de Ushuaia, y que reformulamos cambiando el pegar con un tubo de papel de diario por el de tocar la cabeza con la mano. De a poco se fueron animando. Es lindo ver cómo la gente se va animando de a poco, en especial la gente grande que, en muchos casos es reacia a prestarse a jugar. Igual este no fue mucho el caso ya que, al segundo juego, ¡ya estábamos corriendo!
Estuvimos haciendo juegos de ronda durante más de una hora. Cartero, Canasta Revuelta, La Ola...
Al terminar, compartimos una cena colectiva. ¡Qué bueno que las instituciones educativas se tomen el juego y el encuentro como algo necesario!
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