El sábado fue el de Deportes, en una escuela. Fuimos a una reunión previa en donde nos dan una hoja de planificación de otra actividad que usarían para el festejo. Eran básicamente competencias y carreras de postas en dos equipos. De todas maneras nos dijeron que habría una persona de deportes para llevar la propuesta. Ah, no, para el lugar donde nos tocaba a nosotros no fue porque se quedó dormida… es que anoche salió.
Tuvo algunos problemas de organización. Empezaba a las 14hs, pero a esa hora recién llegó el sonido y se puso a armar. 14.20hs empezaron a llegar los chicos y los fuimos recibiendo con algunas propuestas: escondida de telas, fútbol de manos. Entran dos nenas con una señora, la sueltan de la mano y las invito a ir a la zona de más peques que se estaba armando. La señora me pregunta “¿van a dar chocolatada?”, creo que sí, respondo. Me parece que no me vio muy convencido, porque dijo, “no, entonces vamos… así no. Si no van a dar nada, nos vamos” La nenas ya estaban dibujando, las fue a buscar y se las llevó a otro lado, no alcancé a decirle que iba a ser igual en todos los lugares donde se desarrollara la propuesta de la municipalidad…
Vino un profe de educación física con el cual teníamos bastante diferencia de criterios, pero tuvimos que convivir. Su primera intervención fue sacar su silbato para hacerlo sonar cuando terminábamos un juego. Propuso jugar el juego de “buscar el silbato” el antiquísimo juego de esconder el silbato en su cintura y hacerlo sonar por los pibes mientras un pobre se la pasa dando vueltas por el medio sin saber quién lo tiene… eligió a un pibe que había ganado el juego anterior y que, según el profe “tiene experiencia, si este pibe afana, fijate que rápido que es para manotear”. Cada vez que abría la boca restaba… el juego le salió mal, porque uno le sacó el silbato del pantalón y, sin explicarle a quien estaba en el medio, lo mandó a sentar. Luego propuso una carrera de aros en dos equipos.
Propusimos el reloj (correr alrededor y hacer pases para sumar) y luego un tótembol. Tuvimos que terminar el juego porque venía el grupo de “Hi-5”. El profe agrupó a los pibes y no les propuso nada. Hi-5 todavía no había llegado y la chocolatada no estaba lista. O sea que los pibes quedaron sin propuesta en el centro de la cancha. A los treinta segundos empezaron a buscar pelotas para patear y a irse de a grandes grupos al baño, a meterse en la zona de materiales, etcétera. Nos habíamos propuesto no dejar al grupo así. Naty se acercó a un grupo de chicas que le dijeron que querían bailar y, armó una zona de escenario para que, quien quisiera, pudiera mostrar algo para el resto. Pedimos música al DJ y acercamos a los chicos pero las chicas no quisieron salir, un pibe se ofreció a pasar para mostrar cómo hace jueguitos. Nadie pasaba, volvió a pasar… nadie. Empezaron a repartir la chocolatada.
Al poco tiempo llegó el grupo de Hi-5: eran los chicos de la Juventud Peronista que habían estado en el taller de juegos de la semana anterior. Naty salió a tomar la posta de animadora de un espectáculo pidiendo aplausos para ir practicando mientras preparaban la música. Desde atrás arengábamos para que los felicitaran. Hicieron las cuatro canciones que tenían programadas con las coreografías y luego se quedaron sacando fotos con algunas personas y nos despedimos de los chicos.
Dejamos de regalo el link a una página en donde encontrar muchos recursos de gente cansada de hacer siempre lo mismo cuando se proponen juegos:
http://www.bastademanchas.com.ar/
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