A cinco meses de haber comenzado este viaje recorriendo el país, nos sentamos a reflexionar no sobre el viaje en sí, sino en cómo creemos que nos ven algunas personas que fuimos conociendo a lo largo de estos más de 4mil kilómetros recorridos y que podrían no incluirse en “El Círculo”.
Nos han preguntado: “¿Cuál es la ganancia de ustedes con este viaje?” Nosotros empezamos este viaje porque teníamos ganas de conocer otros lugares, otras personas, otras “cotidianeidades” (¿existe esa palabra?) y para poder poner en juego las cosas que a nosotros nos gustan, nuestros juegos, nuestras experiencias, nuestras formas de hacer y sentir... En este camino, es necesario que haya gente con ganas de recibirnos, de conocernos, de compartir(nos) y, obviamente, también es necesario que haya algo de dinero para poder pagar los pasajes, las comidas, los alojamientos, el papel higiénico, los chocolates, las llamadas telefónicas, etc. En lo que va del viaje, es más el dinero que hemos gastado que el que hemos recibido y, sin embargo, las ganas de seguir viajando están intactas porque dentro de nuestros objetivos no estaba el “ganar dinero”, sino nos hubiéramos puesto un kiosco o nos hubiésemos quedado en casa que, de última, gastábamos menos.
¿Por qué decimos esto? Porque nos hemos cruzado con mucha gente que no puede entender que el dinero sólo lo vemos como un facilitador para poder disfrutar de lo que hacemos. Porque hay gente que se horroriza cuando le decimos “la actividad la haremos a cambio de lo que puedan ofrecernos, no tiene un precio”. Esperan que le digamos que vale 2, 100, 1000 pesos para poder decirnos que no hay dinero o algo así… La gran mayoría de las cosas que hicimos fueron gratuitas para quienes asistieron porque algún municipio, grupo u ONG pudo facilitarnos parte de las cosas indispensables que requerimos para poder seguir viajando: pasajes, alojamiento, comida, traslados, poder lavar la ropa...
Nos pusimos a pensar en esto porque, por primera vez, nos dijeron, en un frío mensaje de texto: “la actividad de hoy se suspende porque estuve viendo el tema plata y estamos complicados…”. Nos apena mucho porque habrá, al menos, una persona que nos estaba esperando para jugar y no nos encontrará, porque no fuimos lo suficientemente claros, porque no nos pudieron entender...
Nos dimos cuenta que, a la hora de encontrarnos con nuevas personas, hay gente que se entusiasma con el viaje, con el hecho de que nos animemos a hacerlo, con la recreación, con el valor que le damos al juego; hay gente que le da curiosidad; hay gente que le parece conveniente / rentable y hay gente que cree que nos hace un favor al abrirnos las puertas de su institución. En cualquiera de estos casos las actividades se pueden llevar adelante, seguimos disfrutando, conociendo personas con ganas de jugar.
Pero también hay veces que ni nos escuchan, que nos dicen “tendrían que ir a hablar con fulanito para que les resuelva su problema” ¿qué problema? Bah, como tener problemas, los tenemos, pero no estamos planteando ninguno, estamos ofreciendo el hacer actividades de juego para la gente del lugar… En lugar de golpear una puerta para ofrecer lo que hacemos a cambio de lo mínimo, pareciera que estamos pidiendo una limosna, un favor...
Creemos fundamental, para quienes lean nuestro blog, para la gente que queda por conocer que tengan en claro que es importante el dinero para realizar nuestro viaje, pero que si no está, las cosas las haremos igual porque es mucho más importante, para nosotros, que podamos disfrutar de las cosas que hacemos. Si hay ganas y buena energía, las cosas se harán, si hay una retribución, mejor sino, ya está hecho. Confiamos en que cada persona que nos contacte sepa valorar nuestro trabajo, porque somos profesionales y sabemos de lo que hacemos. Esperamos que, cuando no se pueda retribuir se diga y cuando sí se pueda, también. No sólo necesitamos dinero para viajar, algunas veces ha sido material, impresiones, comidas, abrazos. Si nadie puede retribuirnos, el viaje terminará pronto, habrá gente que no nos conocerá, nos perderemos la posibilidad de seguir ofreciendo lo que sabemos hacer que en muchos lugares puede ser novedoso, distinto, curioso o incluso una necesidad. Nuestro viaje sigue adelante porque confiamos en la gente.
sábado, 7 de agosto de 2010
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Chicos, me encantó lo que escribieron y reflexionaron.
ResponderEliminarLes cuento que estoy aprendiendo mucho de su experiencia, lo que cuentan, las fotos que comparten, etc.
Sé que no nos conocemos mucho o casi nada diría, pero para mí basta con compartir el amor por el juego y la difusión de lo bien que hace.
Por eso también, insisto con que tienen mi casa con comida casera de mi mamá que los espera en Cipolletti cuando gusten (yo estoy en capital). Si están cerca de navidad, que yo voy apra allá, los puedo acompañar a buscar personas de la ciudad. Sé que es muy improbable pero bueno, los pocos contactos que les pasé no dieron frutos.
Mucha suerte en mi amada patagonia!
Lucía.