¿Y dale que escribimos el primer post?

Empezar es siempre difícil. Sea un blog, un mail, un libro o lo que sea, hay que empezar con la hoja en blanco. Superado ese primer momento, suele pasar que te aparece una cataratas de ideas desordenadas que tenés ganas de escribir pero no todas se relacionan. Y así empezamos a escribir esto.

Ahora sí, a un par de renglones de haber empezado ordenamos un poco mejor las ideas y contamos que este blog nace tras definir que viajaremos por el país compartiendo propuestas de juego y disfrutando de viajar, descubrir y aprender.

El viaje empezó hace bastante, casi un año, cuando sentados en Praia Preta nos dimos cuenta que nos encanta viajar y generar propuestas lúdicas. La idea fue madurando en nuestras cabezas, en empezar a ver qué llevaríamos, a dónde iríamos y hasta que en un momento nos dijimos -¿y si nos vamos a recorrer el país?-, -¿Y dale que llevamos juegos y cosas para compartir?- y todo empezó a tomar otro gustito... Fuimos a aprender a manejar, empezamos a seleccionar materiales, a contactarnos con gente, a contarlo, a escuchar recomendaciones, a convencernos que íbamos a dejar la "gran" ciudad, a planificar, a soñar...

De a poco empezamos a definir ganas, qué cosas sí y cuáles no, nos pusimos a pensar en la libertad, en los sueños, imaginamos cómo son las propuestas tan lejos de donde se transita nuestra rutina y definimos que estaría bueno dejarse llevar, empaparnos de realidades, contagiarnos de las luchas y alegrías de cada lugar, nutrirnos de gente distinta, lejana en la distancia y cercana en energías. Disfrutando, animándose, con otras y otros. Poniendo en juego nuestra creatividad, nuestras ideas, nuestras dudas y certezas, la confianza en las personas.

Estamos seguros que volveremos llenos de esperanza para afrontar la vida de otra manera, desde otro lugar, dándole valor a otras cosas, teniendo mucho para contar.

(12/12/2009)

jueves, 15 de julio de 2010

En el Jardín Maternal Poicu Nuque

El martes 6 de julio llegamos a Comandante Luis Piedra Buena. Ese mismo día fuimos a almorzar al Jardín Maternal donde además, compartimos algunos juegos primero con la sala de 2 y 3 años y luego con la de 4 y 5 años.

Con la sala “Payasos” de 2 y 3 años nos pasó algo mágico… Nos acercamos a la sala y abrieron los ojos como huevos fritos, Naty invitó a jugar y si bien nos dijeron que sí, nadie se movió. Así que sacamos la tela roja y los invitamos a hacer algo de viento porque hacía mucho calor. Cuatro de ellos se animaron a tomar la tela y empezar a agitarla a velocidad. Dos más se prendieron cuando le agregamos unas pelotitas que volaban y volaban. Cuando mostramos una segunda tela se sumó una nena más y armamos una escondida de telas con todas las telas y las seños ayudando. Ocho de los niños del grupo se escondieron bajo las telas y dos más miraban y buscaban sin levantarse. De a poco la escondida se transformó, por un lado en un juego de recorrido y, por otro, en un juego de persecución. ¡Simultáneamente! Algunos pasaron y pasaron por el túnel mientras otros se atrapaban y ataban con tiritas de tela. Se armaron refugios, hubo fantasmas… cuando vinieron a buscar a una nena miramos la hora, ya habían pasado dos horas, estábamos cansados y con ganas de seguir jugando. Sin embargo preferimos dejarles el material y mudarnos a la sala de 4 y 5 años quienes también nos esperaban para compartir unos juegos.

Con los más grandes hicimos La Mosca, canciones de Pescetti y unas persecuciones que nos dejaron a todos y todas exhaustos. Luego comimos unas bananas y tomamos unos mates hasta que vinieron a buscar a los dos últimos compañeros de juego.

Fue una jornada genial. Disfrutamos mucho del juego simbólico y vemos que puede ser fácil cuando la persona adulta acepta la propuesta que le da un niño o niña para jugar. Podemos pensar en la idea de “mirar con ojos de niño” o “mirar sin darle un sentido a todo lo que veo tal cual debe ser”. Así se pueden llegar a dar las condiciones para el juego simbólico. Y otra premisa importante a tener en cuenta es saber que, como en muchas cosas de la vida, al jugar nos podemos llegar a golpear o ensuciar. Saberlo nos simplifica las cosas. Obviamente no buscaremos hacerlo adrede, pero saberlo permite otro vínculo con el propio cuerpo y otros permisos con el juego. La mirada del/a adulto/a puede estar puesta en el juego, cuidando de que no se vayan a lastimar pero sabiendo que el lugar y la propuesta es segura para ellos. ¿Cómo es posible que podamos correr pateando una pelota, sin caernos? Quizá porque desde peques nos acercan pelotas que pateamos y, a veces, nos hacen caer. Igual pasa con la bici y la escarcha en la Patagonia. Si ya sabés lo que puede pasar, simplemente vas preparado, pero no dejás de hacerlo.

Así creemos que debemos vincularnos con el juego simbólico también. Y es muy sano avisarle a madres, padres o personas responsables, el primer día, que la niña o el niño pueden llegar a lastimarse y, en ese caso, se tomarán las medidas necesarias… que lo sepa el primero día. Para que no sea sorpresa el día que pase, para que no se asuste, para que no le vaya a decir al peque “no te vayas a golpear”, para que sepa que ese golpe no fue intencional sino que en ese momento estaba disfrutando de lo que hacía, estaba aprendiendo, y que lo volvería a hacer.


Al día siguiente hicimos un mini taller con las chicas que están a cargo de los niños del Jardín. Ellas son parte de una Cooperativa de Trabajo de Mujeres, que se organizaron, se capacitan constantemente en Río Gallegos y que fueron contratadas por la Provincia de Santa Cruz para trabajar en el Maternal. Ellas mismas seleccionan a sus nuevas compañeras, la mayoría de las cuales, son mamás; y se encuentran bajo la supervisión de Betty, la directora del Jardín Maternal y de un equipo de coordinadoras que están siempre listas para darles una mano. Con ellas compartimos algunos de los juegos que solemos hacer con los más chiquitos: de ronda, de persecución, canciones y de exploración. Siempre teniendo en cuenta que se pueden crear nuevos juegos y que es importante abordar las inteligencias múltiples (Gardner), para poder proponer actividades que desarrollen cada una de esas áreas, puesto que no tienen docentes especiales, como música, educación física, etc. Ellas están a cargo de los niños en dos turnos, porque el Jardín funciona de 7 a 20hs, para que madres y padres que trabajan puedan dejarlos en un lugar donde estén cuidados y con propuestas interesantes. Ahí los chicos comen y, algunos también son llevados al Jardín de Infantes.

Esperamos que les sume nuestra opinión respecto del juego simbólico e invitamos a experimentarlo (¡otra vez!)

Saben qué significa el nombre del jardín "Poicu Nuque": Amor de Madre.

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